viernes, 5 de febrero de 2016

Carnavales y Bailes de máscaras

Por estas fechas se celebra el Carnaval, una de las fechas favoritas de mi infancia, en la que los personajes de mundos de fantasías y sueños invadían las calles. Ahora guardo la ilusión de asistir a un baile de disfraces o máscaras victoriano, y también un poco de recuperar esa hermosa tradición de las fiestas de Carnaval.

Baile de disfraces para celebrar el Jubileo de Diamante de la reina Victoria, el 2 de julio de 1897
1. El  Duque y la Duquesa de York (Futuros George V y Mary) con prendas isabelinas- 
2. Spencer Compton Cavendish 8ºDuque de Devonshire como el Emperador Carlos V-
3. La Princesa de Pless como la Reina de Saba- 
4.El 1º duque de Fife y la princesa Louise, Duquesa de Fife en trajes del período de Enrique II-
5. Mme Tessier, Miss Barnard and Mr. de St-Phalle - 6.Lady Paget como Cleopatra


El carnaval es una celebración que tiene lugar inmediatamente antes del inicio de la cuaresma cristiana(entre febrero y marzo según el año), y aunque la Iglesia no lo admite como celebración de tono religioso, está asociado con los países de tradición católica.

A comienzos de la Edad Media la Iglesia Católica propuso una etimología de carnaval: del latín vulgar carnem-levare, que significa “abandonar la carne” (prescripción obligatoria durante la cuaresma), aunque con el tiempo el carnaval se ha convertido en una fiesta popular de carácter lúdico, combinando algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle. A pesar de las grandes diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. En sus inicios, probablemente con un cierto sentido del pudor propio de la religión, el Carnaval era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras.

Por extensión se llaman así algunas fiestas similares en cualquier época del año.

Estas reuniones, festividades de Carnaval, eran acompañadas desde el siglo XV por entradas alegóricas cada vez más elaboradas, desfiles y procesiones triunfales con el fin de celebrar matrimonios y otros acontecimientos dinásticos de la vida cortesana medieval, hasta convertirse en fiestas populares de durante el Renacimiento en Italia. Por lo general eran elaborados bailes para los miembros de las clases altas y resultaron especialmente populares en Venecia.

1. El minué (Giandomenico Tiépolo, 1756) - 2. Escena de Carnaval (Giandomenico Tiépolo, 1750) 
3. Baile de mascaras siglo XVIII - 4. Il Ridotto (Pietro Longhi, c.1750)
5. El entierro de la Sardina (Francisco de Goya, c.1812)- 6. Baile en Máscara (Luis Paret y Alcázar, 1767)

Este tipo de fiestas se extendieron a toda Europa continental en los siglos XVII y XVIII, a veces con resultados fatales. Gustavo III de Suecia fue asesinado en un baile de máscaras por el noble descontento Jacob Johan Anckarström, evento en el que se basa la ópera de Verdi "Un ballo in maschera".

Puesta de "Un ballo in maschera" de Giuseppe Verdi (Teatro Municipale Giuseppe Verdi di Salerno 2010)


Durante el siglo XIX un Carnaval o baile de máscaras (Masquerade ball o Bal Masqué) era un acontecimiento en el cual los participantes asistían en trajes de disfraz usando una máscara (no debe confundirse con la palabra masqué, “mascarada”, un desfile cortesano guionado y cantado).

Baile de trajes en el Palacio de los Duques de Fernán-Núñez, 1884.

En la sociedad decimonónica los disfraces y las máscaras fueron algo habitual en especial en las clases altas a las que les complacía realizar obras teatrales caseras y celebrar bailes.
Los bailes de máscaras eran establecidos como un juego entre los invitados. Los asistentes enmascarados estaban vestidos supuestamente para no ser identificables. Esto crearía un tipo de juego para ver si un invitado podía determinar las identidades de los demás. Esto añadía un efecto humorístico a muchas mascaradas y permitía una versión más divertida de los típicos bailes, contando entre los principales adeptos a estas prácticas a la nobleza y la burguesía, quienes lo aprovechaban como la ocasión perfecta para la ostentación y el alarde de su poder adquisitivo.

Duques de Fernán-Núñez en el baile de Disfraces organizado por ellos en 1863.

Las clases populares compartían estos gustos, y si bien se reunían en bailes públicos, los carnavales y el uso de disfraces gozaban de gran aceptación, puesto que el disfraz permitía dar rienda suelta a comportamientos mal vistos porque ocultaba la identidad de quien lo llevaba, posibilitando ampararse en el anonimato. No resultaba difícil a los disfrazados dejar de lado el decoro y la moral transitoriamente.

"Salida de un Baile de Máscaras" José García Ramos, 1905.

1. Baile de máscaras en la ópera, Édouard Manet (1873) 2. El baile de máscaras,Charles Hermans (c.1880) 
3. Baile de máscaras- 4. Tarde de carnaval en la alameda, Ignacio Pinazo (1889)
5. El baile de la ópera, Henri Gervex (1886).


Los trajes inspirados en personajes históricos eran muy populares entre las clases altas, y para asistir a este tipo de bailes se documentaban sobre modas pasadas para encargar sus trajes, llegando a pagar grandes sumas incluso a grandes modistos, aunque la rigurosidad histórica de algunas modas quedaba sujeta al capricho y fantasía de los enmascarados victorianos.



“A decir verdad, la moda se preocupa muy poco de la exactitud histórica, y comete los mayores anacronismos, con tal que sus creaciones sean del gusto de las mujeres elegantes; siéndole indiferente que la gola Enrique IV adorne un corpiño Luis XVI, y la corbata Directorio guarnezca un traje Luis XV. El eclecticismo es su regla; saca sus modelos de todos los siglos, y asimila todas las formas, todos los adornos, todos los caprichos, todo el lujo del pasado… la diversidad que resulta de semejante amalgama permite a cada cual elegir lo que mejor le sienta… Dejemos, pues, a los amantes de la cronología y del color local que se lamenten de lo que ellos llaman nuestras licencias históricas y vistámonos como mejor nos plazca, con tal de que sea con buen gusto y sin extravagancia.”


Vizcondesa de Castelfido (La Moda Elegante, 1880)

1881. La moda elegante ilustrada. Trajes de máscaras 



Edad Media. Corpiño escotado formando punta por delante y redondo por detras, de raso encarnado bordado de oro. Sobrefalda de cachemir blanco con un fleco de oro y seda. Falda de tafetán de color de rosa. Diadema de oro guarnecida de perlas, y velo largo de tul blanco. Brazaletes de oro y perlas. 

Cazadora Luis XV. Casaca de faya azul oscuro con vueltas de faya blanca y sardinetas doradas. Galón dorado á todo el rededor. Chaleco de raso blanco muy largo. Falda tableada de faya encarnada con un bies azul en su borde inferior y un encaje blanco puesto por debajo. Polainas de piel de gamo.

Albanés. Chaqueta abierta y muy corta de pañete azul, muy claro. Chaleco entreabierto sobre una camisa de hilo fino. Faja de seda encarnada. Falda corta y plegada de cachemir blanco. Calzón corto del mismo color de la chaqueta. Medias blancas. Capa larga color habano con fleco, echada sobre el hombro. Gorro encarnado con borla larga de seda. 

Caballero de la época Luis XIV. Jubón de terciopelo violeta acuchillado. Cuello blanco bordado, con mangas iguales. Gregüescos de faya del mismo color del jubón. Medias color de malva. Cintas color de oro en los gregüescos. Capita encarnada forrada de blanco. 

Dama del Renacimiento. Corpiño muy largo de seda verde cardenillo, escotado en cuadro y formando almenas en su borde inferior. Sobrefalda igual al corpiño y falda de raso blanco. 

Margarita (del Fausto). Vestido de cachemir color de aceituna y cachemir color de rosa. Corpiño con barretas y mangas anchas, que se estrechan desde el codo. Falda corta, lisa por delante y formando pliegues gruesos por detrás.

1880. La moda elegante ilustrada. Trajes de máscaras 


A lo largo de los siglos los bailes de máscaras se hicieron populares en la América colonial. Así como se desarrollaba esta práctica, comenzó a desarrollarse un importante movimiento anti-mascaradas que sostenía que esas fiestas alentaban la inmoralidad y la "influencia extranjera". 
El Carnaval, arribó a América asimilándose a los nutridos calendarios rituales de las poblaciones autóctonas, como una celebración destinada a exaltar los sentidos y las pasiones: un tiempo de libertad para hacer lo que no estaba permitido habitualmente. Esos días de Carnaval daban ánimo para las mayores audacias: declaraciones de amor, acercamiento entre desconocidos, etc.

1881. La moda elegante ilustrada. 

Mientras que la sociedad porteña desde el Siglo XVIII hasta mediados del XIX , imitando los hábitos cortesanos de España, se reunía en las casas de las familias mas ricas, mediante Tertulias y para estas fechas realizando Saraos (reuniones cuya finalidad era la diversión, con baile, música y conversación), los bailes de los negros y los festejos de esta fiesta pagana escandalizaban a las Damas de alcurnia.

Rosas y Manuelita presenciando el candombe, en 1836



Durante la segunda mitad del siglo XIX se introducirían los bailes sociales, y con ellos llegarían los bailes de máscaras, también llamados de Fantasía, y los desfiles de carnaval a las principales ciudades de Latinoamérica, como Buenos Aires o Santiago de Chile.



Montaje fotográfico con los asistentes al baile de disfraces de los Echaurren Herboso. Chile, 1885.

Las publicaciones más populares editaban extensos artículos con los disfraces,
 como las revistas chilenas Zig Zag y Familia, septiembre de 1912.


A fines del siglo XIX la Avenida de Mayo albergaba el desfile principal de Carnaval de la ciudad de Buenos Aires, por los bosques de Palermo  desfilaban carrozas, y los selectos clubes del Progreso y Jockey ofrecían bailes de disfraces para sus asociados.
La popular costumbre de bailar en los teatros llevó en 1936, a organizar un elegante baile de disfraces en el Teatro Colón.


El corso de las Flores, iniciado en 1887 por las damas de la Sociedad de Beneficencia como evento de caridad, se convirtió en poco tiempo en una cita obligada para los jóvenes. En Palermo, durante tres días, ellas se asomaban a los palcos y ellos recorrían el lugar arrojando flores a las elegidas.



Los corsos fueron los espacios más públicos, de ingreso libre, animados por mascaritas, carruajes y agrupaciones de jóvenes artistas de Carnaval.
Eran organizados por comerciantes y vecinos de distintas zonas de la ciudad.
La calle se engalanaba con banderines y guirnaldas que colgaban de vereda a vereda.

El Carnaval con sus corsos y bailes de disfraces o mascaradas congregaba a multitudes durante varias noches, los municipios otorgaban diversos premios a las mejores murgas y disfraces.

Los juegos fueron una ambivalente emoción de cada Carnaval. En corsos y bailes se usaban los pomos de estaño. Lanzaban débiles chorritos de agua con fragancias florales que, salvo error mojaban a personas del sexo opuesto. El agua fue el terror de los corsos, porque un solo chorrito podía arruinar los costosos trajes de disfraces. Reiteradamente, se prohibía arrojar agua, reemplazándola por flores, serpentinas o papel picado.
Los disfraces mas populares por entonces encontraban su inspiración en el circo, así como en Europa lo hacían en la Commedia dell’arte, como el Payaso (el popular payaso Pepino del Clown criollo José Podestá), el cocoliche (personaje cómico del sainete de principios de siglo XX), o los disfraces donde se confundía al humano con lo animal y lo masculino con lo femenino, como el Oso Carolina, el Mono Jacinto o el camello Federico.


José Podestá disfrazado de Cocoliche

Además de los disfraces inspirados en modas del pasado o los personajes de la Commedia dell'arte, había otros que tomaban animales e insectos como modelos, personajes fantásticos (como hadas, diablos, sátiros, etc.), o culturas exóticas (como China, Japón, India o Medio Oriente).

Mujer Murciélago - Hombre mosca - Mujer Abeja

Mujer Mariposa de primavera- Hada- Diablilla, Columbine y Japonesa

Fuentes:

http://nobleyreal.blogspot.com.ar/search/label/Carnaval
http://xn--casademuecasgarnata-23b.es/un-hobby-didactico-y-apasionante/los-bailes-de-disfraces-en-el-siglo-xix
https://es.wikipedia.org/wiki/Carnaval
"Censura en Carnaval" - La historia en foco por Felipe Pigna - Revista Viva- 26/02/2012

domingo, 6 de diciembre de 2015

Cuello bordado de Uniforme de Infantería de línea,1868-1871.

Siguiendo con el bordado, dediqué estos días a mejorar mi traje de Infantería de Linea, 1868-1871, que supe presentar en un posteo anterior (http://traslospasosdebeaubrummell.blogspot.com.ar/2014_06_01_archive.html).


Originalmente había aplicado en el cuello y puños un cordón dorado, pues aún no me animaba al bordado. Ahora que tengo un poco mas de experiencia en ese campo (o al menos me animo a hacerlo), decidí quitarle ese cordón y realizar un motivo bordado en el cuello.
Chaqueta original con cordón aplicado

Investigando sobre los motivos que decoraban el cuello de este tipo de uniformes, uno de los que mas llamó mi atención fue uno de inspiración fitomorfo, que hallé en varios uniformes Red Coat británicos.


1.Detalle del Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha pintura "Marriage of Victoria and Albert" de George Hayter , 1840, 
2.Retrato de Alberto por John Partridge, 1840
3. Vestuario de la película "Young Victoria", 2009, 4. Vestuario de la serie " Victoria and Albert", 2001, 
5.Detalle del cuello del Uniforme de Gala del 7mo Marques de Cholmondeley, 6. Uniforme de teniente, 1912


El que pude ver en mas detalle es el uniforme de gala del mariscal de campo Douglas Haig, 1er Conde Haig, quien se desempeñó en el frente occidental durante la Primera Guerra Mundial, actualmente expuesto, junto a su colección de plata, en el Museo de Edimburgo. 

Uniforme de Gala del Mariscal de campo Douglas Haig, 1er Conde Haig (1918)

Para realizar el bordado utilicé cordón "cola de rata" dorado, y puesto que el cuello está armado con una entretela bastante rígida, no fue necesario el uso del bastidor. En cuanto a los filamentos centrales usé un cordón dorado mas grueso cosido con hilo dorado.

Antes y después

Detalle de cuello bordado

Aproveché la oportunidad también para retocar los puños, bordándoles un motivo similar.


Detalle de puño bordado

Hace un tiempo adquirí un sable para completar este atuendo, asi es que realicé el tahalí para sujetarlo al cinturón que opté por llevarlo bajo la casaca. 
Chaqueta terminada con tahalí

Probablemente recién en la próxima reunión tenga oportunidad de volver a usar este uniforme, con las mejoras introducidas,  pues planificamos recrear el período cercano a 1880. Así es que a la revisión del estudio de estos tiempos estaré avocado por estos días.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Línea de Tiempo - Moda Masculina del Siglo XIX

Un casillero mas que lleno en mi línea de tiempo de moda masculina, correspondiente a la Moda Victoriana de mediados de siglo XIX.
De los proyectos en mente, solo me queda el atuendo romántico, pero tendré que esperar un tiempo mas para completarlo, pues no está en los planes de la Sociedad recrear ese período al menos por un tiempo.

Décima Reunión SVA Argentina - Recreación Período Victoriano 1860

Con motivo de la décima reunión anual de la Sociedad Victoriana Augusta Argentina, recreamos el período victorianos alrededor de 1860 (entre 1852 y 1870), con la caracterísitica silueta femenina de la crinolina.
El evento se había planeado para realizarse en una quinta del barrio porteño de San Isidro, con actividades al aire libre como algún paseo, deportes, un té y una recreación militar. Por razones ajenas a la nuestra organización, puesto que se fijaron elecciones presidenciales para esa fecha, tuvimos que trasladar el evento, a solo unos días de realizarse, no solo de lugar, sino también pensar otras actividades.
Así es que de una quinta, nos movimos a pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, para realizar un almuerzo en el Club del Progreso; si bien la ocasión requería cierta formalidad, nuestros atuendos habían sido pensados para una tarde en el campo, así es que nos relajamos un poco en ese aspecto, y asistimos con la prendas que habíamos preparado durante todo el año.
Para la ocasión usé la levita o Froc coat marrón, y el resto del atuendo que ya os he presentado de la moda masculina de este período. 
Nuevamente viajé a Buenos Aires junto a Mme. Skoczynska, para quien realicé un vestido de tartán o escocés en tonos de azul, bordó y rosa con detalles en encaje azul en escote, mangas y ruedo de falda, y cintas de terciopelo, así como un ridículo de terciopelo bordó con detalles bordados en cordón y encaje azul. Ella se encargó del tocado de redecilla y flores, los arreglos florales del vestido y la realización de guantes de encaje al tono.
Mme. Skoczynska  y Mr. Grantham 

El camino desde el hotel hasta el Club donde se desarrolló el evento, lo realizamos caminando, ante algunas miradas curiosas , descubrir ciertas expresiones de asombro resultó una divertida experiencia.
El Club del Progreso, si bien ahora funciona como un restaurante, con algunas actividades sociales como torneos de bridge,  se creó en Buenos Aires el 1° de mayo de 1852 , es el más antiguo de Sudamérica y uno de los más tradicionales de Argentina. 
Por entonces la sociedad argentina se encontraba dividida en dos posturas irreconciliables cuyos conflictos dificultaban el desarrollo del país. Don Diego de Alvear, con la idea que para construir un país primero hay que soñarlo, convocó a vecinos notables de la ciudad, a la moda y usanza de la Europa de entonces, y les propuso fundar un club cuyo objetivo era desenvolver el espíritu de asociación con la reunión de los caballeros   más   respetables uniformando las posiciones políticas por medio de la discusión deliberada y mancomunar esfuerzos de todos hacia el progreso moral y material del país. 

El Club del logró su fin mediante actividades sociales, como bailes, tertulias, conciertos, convocando importantes personalidades del momento. El billar, el ajedrez y los juegos de cartas fueron complementos de sus actividades. 

A lo largo de su siglo y medio de vida el Club del Progreso ha tenido cuatro sedes, y en esta ocasión tuvimos la oportunidad de conocer la que ocupa desde 1941, antigua residencia de la familia Duhau construida por los arquitectos Lanús y Hary, y terminado en 1907.


Al llegar al lugar encontramos el hall de planta baja, (donde fueron velados los restos de Leandro N. Alem)
un ejemplo majestuoso de la influencia francesa en la arquitectura de la edad dorada de la Argentina. la escalera captó inmediatamente nuestra atención, y sería el marco propicio para mas de una fotografía grupal.
Ya en la sala del primer piso nos esperaban algunos miembros de la Sociedad con sus espléndidos atuendos de época: Lord Byron y Lady Victoria, Lady Evangeline y Don Sebastián, y luego se nos unirían Dona Mariana y Mmlle. Tatiana, tras terminar de arreglarse.
Retrato grupal antes de ingresar al salón comedor.

Ya ubicados en el comedor se uniría la Señorita Crespo, caracterizada como institutriz, inspirada en el personaje de Jane Eyre de Charlotte Brontë (Novela publicada en 1847 por Smith, Elder & Company), quien tambien participaba de su primera recreación junto a SVA Argentina. Y con algo de retraso llegarían al almuerzo Miss Josephine y la Miss Marianne.
Mme. Skoczynska  y Mr. Grantham 
(Agradecimiento a Pedrete Trigos por el  retoque digital de la fotografía)

Ya con el grupo completo distribuí la gacetilla, edición especial de “La Columna Augusta”, edición periódica de la Sociedad Victoriana Augusta para proveer una contextualización del período recreado. Y aproveché la merienda para compartir ejemplares fechados el 21 de Noviembre de 1860,conocido como el período de Organización Nacional.
Tapa y contratapa de "La Columna Augusta"(1860)

Allí se incluyeron referencias a la historia nacional de la época, el sitio que nos convocaba y algunas notas de color de la época como el primer partido de fútbol, la aparición del diseñador de modas Worth, o el interesante personaje de la Princesa de Meternick.
Las andanzas de la Princesa de Meternick capturan la atención de la Sociedad.

Nos dispusimos a almorzar en el Salón Roque Saenz Peña, destinado exclusivamente a nuestro grupo con motivo de la reunión, y muy a gusto compartimos en la mesa el excelente menú del restaurante.




Luego aprovecharíamos para recorrer el Club y admirar su arquitectura, fumar tabaco en pipas en el patio- incluso algunas damas, emulando a la Princesa de Meternick- y tomarnos algunas fotografías como recuerdo de la reunión.



Luego llegarían el brindis, el agradecimiento a los organizadores y las felicitaciones a todos por el esfuerzo que realizamos para llevar a cabo el evento y la confección de los atuendos.
El momento de pagar la cuenta dispararía la vivaz imaginación de Mmlle. Tatiana, divirtiendo a los asistentes con sus comparaciones con deudos, herederos de una fortuna.

"Oh, mil pesos de los fuertes!!!" "Toda una fortuna!! Que no se enteren los demás"... se me vino a la mente la historia de la herencia del "señor del retrato" citando a Mmlle. Tatiana

Con las cuentas saldadas, y felices de haber visitado una vez mas el siglo XIX, nos despedimos hasta otra ocasión en un futuro próximo, en la que nos reúna un pasado lejano.

sábado, 31 de octubre de 2015

Atuendo de día - Moda Victoriana (de 1840 a 1860): La Levita

De acuerdo a lo expuesto en mi anterior posteo, encaré la realización de mi atuendo de mediados de siglo XIX.
Ya he comentado sobre mi chaleco bordado y el smoking cap, pues bien, ahora me propongo presentar una pieza fundamental del vestuario masculino de mediados de siglo: la Levita.

La levita es una prenda masculina que cubre el cuerpo casi hasta la rodilla. Como otras prendas masculinas, la levita proviene de la indumentaria militar, en concreto de la casaca, conservando su longitud y la raja trasera para para poder montar a caballo, llegado el caso.
Si bien no es una prenda que surge en este período(ya estando muy de moda desde principios de siglo y el Romanticismo), es entonces cuando las solapas comienzan a reducirse progresivamente, con respecto a modas anteriores, distinguiéndose además el uso de la levita con faldón frontal para ocasiones formales diurnas , y sin estos faldones para galas (la levita de frac). 
Ilustración de moda-(c.1843)

Luego se irá acortando el largo del faldón y redondeándose al frente, para dar origen a la levita del Chaqué, prenda característica del siguiente período (1860 al 1900), y del que ya he posteado anteriormente.

Para la confección de este atuendo elegí una paleta en los tonos marrones, con un toque de color en el chaleco, puesto que los colores que predominaban en la moda masculina de este período eran oscuros. 
Lo primero, para lograr recrear la silueta masculina de la época, realicé un corset para hombre, basándome en ilustraciones de la época. La principal diferencia con el femenino es que es mas corto tanto hacia el pecho como hacia la cadera(en el maniquí parece mas largo, porque el largo del torso es un poco mas corto que el mío, así como no logra ceñir lo suficiente la cintura, quedando algo flojo a los lados de la cadera). Para hacerlo elegí un lienzo de algodón grueso.










Aunque tentado a realizar una camisa con pequeños volantes en el pecho, preferí algo mas sobrio y discreto. Investigando, encontré modelos de camisas con pecheras tableadas, que me parecieron mas apropiados a la época, pues los volantes ya estaban cayendo en desuso.
Modelos de camisa

Así recree una camisa con pechera tableada, abotonadura cubierta tras una solapa y cuello alto desmontable y rígido, realizándola en batista blanca.


Puesto que el atuendo está pensado para ser usado en verano, tuve que resignar los pantalones de Tartán o Príncipe de Gales de lana, y de acuerdo a uno de los modelos que me sirvió de inspiración, opté por un pantalón beige, con detalles a los lados de botones y cintas, y piernas ceñidas con tira para enganchar bajo el pié.



Del chaleco ya he hablado con anterioridad. Está realizado en tafetán violeta, bordado a mano en el pecho, vistas de solapas y correa para ajustar a la cintura, con motivos florales inspirados en un modelo de la época, y forrado con raso violeta.



Como accesorio realicé un moño en tartán en tonos de beige y negro, que armoniza con el color del pantalón.

La levita está inspirada en un Froc coat con doble abotonadura, también llamado "Prince Albert".
Modelos de Levita o Frock Coat

Solo que preferí hacerle abotonadura simple porque es mas representativa de esta época- el "double-breasted", doble abotonadura o cruzada, se pondría de moda hacia finales de la década del 50- y además pretendía darle una apariencia mas informal, pues está pensada como prenda de vestir de día (el"double-breastedy las solapas con picos son características de la levita usada en ocasiones formales).

Para confeccionarla opté por usar brin de algodón color marrón, con forro y vista de solapas en tafeta con una fantasía de pequeños rombos.



Tanto en el pecho, como en puños y en la parte posterior de la cintura realicé bordados con cordón para realzar la prenda. Era muy común encontrar este tipo de detalles de inspiración militar en atuendos victorianos, tanto en prendas del vestuario masculino como del femenino.
Detalle de bordados en pecho y puños

Detalle de bordado en espalda

Estando completo de pies a cabeza (pues como accesorio va mi smoking cap), aún no he tenido la oportunidad de usarlo en un evento, y si bien tenemos programada la reunión anual de SVA Argentina para fines de Noviembre -en la que recrearemos la moda y costumbres de la sociedad de 1840 a 1850-, era toda una tentación probármelo para sentirme, al menos por un instante, un personaje de alguna novela de Dickens... "Apenas el sol, puntual sirviente de todo el universo, apareció en el horizonte iluminando la mañana ... Mr. Samuel Pickwick, surgiendo como otro sol de las sábanas de su lecho, se levantó, abrió la ventana de su alcoba y miró el mundo que se agitaba bajo sus pies."... Puedo afirmar que ya estoy preparado para otra aventura!