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sábado, 2 de julio de 2016

Chaleco de día inspirado en las obras de William Morris

Buscando materiales para las prendas que aún me falta realizar de los atuendos de 1880 encontré una tela estampada con pequeñas flores que me remitió inmediatamente a los diseños textiles de William Morris. 
Por supuesto la compré, pues que mejor que la inspiración en la naturaleza de Morris para realizar el chaleco del atuendo de paseo por el campo, que me sugiere actividades como el avistaje de aves, o el interés del siglo XIX por la Entomología y la recolección de especímenes de insectos, o la botánica y el dibujo de flores. 
Diseño floral de la tela elegida para el chaleco

Sirva mi inspiración en su obra de excusa para hablar del genio de William Morris (Clay Hill Walthamstow, Inglaterra, 24 de marzo de 1834 - 3 de octubre de 1896) quien fuera un arquitecto, maestro textil y fundador del movimiento denominado como Arts and Crafts estrechamente vinculado a la Hermandad Prerrafaelita - que rechazaba la producción industrial en las artes decorativas y la arquitectura, y propugnaba un retorno a la artesanía medieval, considerando que los artesanos merecían el rango de artistas.

William Morris por Frederick Hollyer, 1884

Tras culminar sus estudios, comenzó a trabajar en 1856 en la firma de arquitectura de G.E. Street. Con Webb construyó la Red House, que fue su regalo de boda para Jane Burden. En los años siguientes se convirtió en pintor profesional.
Imágenes de la "Red house" - Fotografía de la familia de W. Morris - 
La bella Isolda (1858), óleo de Morris- 
Retrato de Jane Burden Morris by Dante Gabriel Rossetti(1858)

Con su experiencia en arte y arquitectura fundó, en 1861, junto con Dante Gabriel Rossetti, Burne-Jones, Madox Brown y Philip Webb, Morris, Marshall, Faulkner & Co., una empresa de arquitectura y diseño industrial que él personalmente financiaba. Mediante esta empresa, Morris creó un "revival" cultural en la Inglaterra victoriana que se basaba en las artes y los oficios de la época medieval como paradigma de la primacía del ser humano sobre la máquina y a la vez de un trabajo hecho atendiendo a las más altas cotas de expresión artística. En 1875 la compañía pasa a llamarse Morris and Co., con Morris como único propietario. Durante gran parte de su vida, Morris se preocupó intensamente en preservar las artes y oficios medievales abominando de las modernas formas de producción en masa.
Trabajos de William Morris
"Tulip and Willow",1873 (boceto en lapiz y acuarela para Morris & Co.)
Catálogo de mobiliario de Morris & Co.-
"Kelmscott Manor",1893- Sello de Kelmscott Press, editorial de Morris

En cuanto al chaleco en cuestión, se trata de un modelo de abotonadura simple, con solapas, delantero y vistas de algodón estampado y espalda de gabardina beige y forro marrón.
Chaleco: delantera - espalda - vista

Para completar el atuendo decidí hacer una corbata de moño o "pajarita" con una tela con diseño de Morris. Puesto que en Argentina es imposible encontrar telas producidas por la firma Morris &Co. (que aún producen telas y papeles inspirados por los diseños del maestro), decidí buscar algún motivo de esta firma y transferirlo a una tela.
Corbata de moño o pajarita
realizada mediante transferencia de diseño de Morris & Co. sobre tela

Elegí el motivo llamado "Strawberry thief", diseñado por Morris en 1883, que presenta formas fitomórficas entrelazadas con aves, algunas de las cuales llevan frutillas en sus picos.
Strawberry Thief , tela diseñada por William Morris, 1883

El atuendo se completa con el Chaqué, camisa blanca con cuello desmontable tipo Murrayhill, pantalón gris rayado con detalles bordados en cordón en la botamanga, sombrero bombín y un porta binoculares de cuero (al que pretendo darle uso de bolso para llevar la cámara de fotos, el teléfono móvil, lápices, alguna libreta para hacer bocetos y tomar notas, etc.)


sábado, 13 de septiembre de 2014

Novena Reunión SVA Argentina - Recreación Período Victoriano, 1875

Retomando los eventos realizados durante la Novena Reunión Anual de la Sociedad Victoriana Augusta, es el turno de hablar de lo sucedido el día sábado 16 de agosto de 2014 , en el que recreamos el período victoriano hacia el año 1875, correspondiente a la moda polisón y forma natural femenina, con la que iniciamos la "Season" victoriana 2014.
Si bien había sido pensada como una reunión de té en el Hotel Alvear, quiso el destino o la buenaventura que tuvimos que cambiar de locación y comenzamos a planear la visita a Villa Ocampo, San Isidro.
Como el plan original requería cierta formalidad, por tratarse de una reunión en un Hotel céntrico de gran categoría de la capital argentina, había comenzado a confeccionar pantalones grises con rayas mas claras y un chaleco gris para usar con mi Chaqué: un conjunto de día pero mas elegante que el que había usado en la recreación de este período el año anterior. Finalmente como mudamos el evento a una casa suburbana,"villa de campo" o "veraneo", el evento requería menos formalidad, así es que volví a usar el mismo traje del año anterior, y destiné todo mi tiempo a la confección del atuendo para Mme. Skoczynska.
Mr. Grantham y Mme. Skoczynska 

Este evento se desarrolló un día antes del Té eduardiano, y era el primero al que asistiría Mme. Skoczynska. Partimos del Hotel ubicado en Avenida de Mayo hacia la Estación  Mitre en Retiro para abordar el tren hacia San Isidro. Si bien tanto las máquinas como los vagones no son de la época- ni se acercan-, la estación y los hangares aún mantienen el encanto decimonónico, algo degradado por los comercios actuales y la señalización (que si bien útil no guarda ningún tipo de relación estética con el entorno nos sirvió para orientarnos en un lugar que ninguno de los cuatro conocíamos). 
El grupo de excursionistas estaba compuesto por MmeSkoczynska, Miss Megan, M. Rodchenko (quien nos acompañó durante toda la reunión, pero no participó de la recreación, aprovechando para tomar fotografías), y yo, Mr. Grantham.

Villa Ocampo


Los cordobeses fuimos los primeros en llegar a la casona, lugar que había despertado mi interés y fascinación desde la primera vez que supe de ella a través de una nota de la revista "La Nación", por allá a mis diez años, desde entonces hice maquetas y dibujos inspirados en la casona, hasta que luego descubriría la literatura de Victoria Ocampo y el grupo de la revista "Sur", para sellar mi eterno amor a este lugar. 

Así es que medio como en un sueño fuí descubriendo el exterior de la casona , y mientras esperábamos a los demás invitados y tomábamos algunas fotos del lugar, aproveché para registrarla en mi cuaderno.

Villa Ocampo es el nombre de la residencia de veraneo de la aristocrática familia Ocampo, ubicada en la calle Elortondo 1837, Beccar, Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, lugar que posteriormente fue la vivienda de Victoria Ocampo.
En 1580, poco después de la fundación de Buenos Aires, Juan de Garay hizo el reparto de 65 terrenos en la ribera norte. Con el correr del tiempo, estas propiedades fueron paulatinamente utilizadas para cultivos y plantaciones, hasta transformarse, ya avanzado el siglo XIX, en quintas de veraneo de familias aristocráticas porteñas.
La Villa Ocampo se construyó en 1891, sobre un gran terreno de diez hectáreas delimitado por la Avenida Libertador, las calles Uriburu y Florencio Varela, y el Río de la Plata. El terreno pertenecía en un principio a Francisca Ocampo de Ocampo, tía de Manuel Ocampo, padre de Victoria y conocida como "tía Pancha", quien lo cedió para que Manuel construyera allí la casa. El proyecto fue del ingeniero Ocampo quien edificó allí una típica villa italiana, donde toda la familia pasaría sus veranos de noviembre a marzo.

La “tía Pancha” dejó estipulado en su testamento que, a la muerte de Manuel y su esposa, Ramona Aguirre, quien herede la propiedad debía ser Victoria Ocampo, la hija mayor del matrimonio, quien debía repartir el amplio terreno con sus hermanas. Así, a la muerte de sus padres, Victoria heredó Villa Ocampo y subdividió el terreno. Hoy Villa Ocampo cuenta con un predio de una hectárea.
Victoria decidió donar esta casa, y su residencia de verano en la ciudad costera de Mar del Plata, Villa Victoria, a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura(UNESCO).
Desde 2003 funciona como museo bajo el nombre de Proyecto Villa Ocampo de la UNESCO, con la colaboración del Estado argentino, de la Municipalidad de San Isidro, de la Asociación Amigos de Villa Ocampo y de muchos donantes y patrocinantes, y de la propia UNESCO se restauraron la casa, el jardín, el mobiliario, las colecciones de arte y fotografía y los 11.000 libros de la Biblioteca. El sitio se abrió para visitas y se puso en marcha una programación cultural amplia y abarcativa dirigida a un público diverso.En 1997 el gobierno argentino declaró a Villa Ocampo Monumento Histórico Nacional.



Retomando el desarrollo de la reunión, de a poco fueron llegando la siempre perfecta anfitriona Lady Evangeline, Doña Mariana y Mlle. Tatiana-quienes a pesar de los inconvenientes causados por distintas lesiones lucieron estupendas durante todo el evento-, luego Miss Georgiana acompañada Don Adrían, y Mme. Fernande, quien con su espíritu "avant-garde" fue la única en optar por una silueta Forma Natural al momento de elegir el atuendo que luciría. 
El tiempo dedicado a arreglarnos y el que disponíamos para permanecer en la casa (pues debíamos adecuarnos a los horarios de visita del museo), condicionaron las actividades, así que tuvimos que prescindir de la visita guiada a la casa, y realizamos un paseo fotográfico por los alrededores y una reunión de té en la galería.

En un primer momento recorrimos el parque tomándonos fotografías en los senderos y en el kiosko.
Damas y caballero en el kiosko.

 Damas frente al kiosko en los jardines.

 Retrato de Grupo en los jardines . 
(Don Adrián, Miss Georgiana, Lady Evangeline, Mlle. Tatiana, Doña Mariana, Miss Megan, 
Mme. Fernanda, Mr. Grantham y Mme. Skoczynska)

Sin duda la llegada de Lord James siempre es motivo de distensión, y coincidió con el llamado a sentarnos a la mesa para tomar el té. 
Lord James y Lady Evangeline

En la mesa compartimos un menú muy variado de tortas, masitas y sandwichs que ofrece la cafetería del lugar. Tuve oportunidad de probar el blend de la casa: simplemente delicioso (aunque ahora no recuerde muy bien de que se componía creo que se trataba de Earl grey, aromatizado con algo mas).
Al igual que para el evento eduardiano preparé una gacetilla como edición especial de “La Columna Augusta”, edición periódica de la Sociedad Victoriana Augusta para proveer una contextualización del período recreado. Y aproveché la merienda para compartir ejemplares fechados el 16 de Agosto de 1875, en el que se presentaba a la Argentina Liberal de las Presidencias Históricas (Mitre-Sarmiento- Avellaneda), cuando se soñaba con una Argentina "Europea" o " el granero del mundo", sumado a una reseña del sitio que nos convocaba y algunas publicidades que resultaron de interés de los lectores y disparadores de graciosos comentarios, como los velocípedos (antepasados de las bicicletas) o el curioso corset eléctrico que no pudimos dilucidar de que se trataba o cual era su uso.





Tapa y contratapa de "La Columna Augusta"(1875)

Ya bajando el sol, y despuntando el atardecer, el fotógrafo solicitó que nos reuniéramos para realizar las fotos grupales frente a la casa.


Con el sol muy bajo y ya comenzando a sentir el frío característico de agosto, a pesar que el día había resultado cálido y soleado, nos dispusimos a cambiarnos, volver al siglo XXI, y abandonar Villa Ocampo, y la tarde de ensueño que compartimos ahí.
En grupo nos dirigimos a la estación de trenes de Beccar. Arribando a destino y cansadísimos por la excursión realizada nos despedimos hasta el día siguiente, cuando nos convocaba el Té eduardiano en "Las Violetas", y ya de regreso en la estación de Retiro nos esperaba una grata sorpresa, la querida Miss Alice, a la que no veíamos desde su última visita Córdoba, un año antes, nos esperaba al llegar al andén. Nuevamente los hangares y andenes eran testigos de saludos y abrazos de despedida y bienvenida como antaño. Una vez más tomé conciencia como el pasado puede vivir en el presente, y prolongarse por siempre en los recuerdos.

martes, 1 de julio de 2014

Octava Reunión SVA Argentina - Recreación Período Victoriano 1868 a 1876

Habiendo ya presentado los atuendos correspondientes a la moda masculina de este último período victoriano, relataré en lo que consisitió la recreación histórica de un fin de semana de ocio.
Desde la ciudad de Córdoba, como punto de reunión, partimos a la localidad de Río Ceballos, donde recrearíamos el período de 1868 a 1876, correspondiente a la moda femenina del polisón. 

En esta oportunidad asistimos al evento Miss Megan O’Conner y Su servidor, Sir Marmaduke, quienes auspiciamos de anfitriones cordobeses, infaltable y perfecta - como siempre-Lady Evangeline Gordon, la ingeniosa Doña Mariana Calvo y su amiga, una recién llegada a la sociedad: la encantadora Mademoiselle Tatiana Fiodorovna.
Esas tierras de Río Ceballos están pobladas de historia , otrora habitadas por aborígenes Sanavirones y Comechingones que las llamaban Ministalalo, extintos hacia el siglo XVII, a causa de la lucha entre tribus (pues eran pueblos belicosos), la ocupación de colonos y el mestizaje con los criollos. El lugar fue también llamado Estancia San Isidro o Isquitipie por los naturales. Con la llegada de los conquistadores, por herencias o ventas, se concretan divisiones de tierras permitiendo un paulatino y creciente número de construcciones. Si bien no tiene una fecha de fundación exacta, su establecimiento se relaciona con Juan de Ceballos, que dio origen al pueblo en el año 1830 sobre la base de un antiguo asentamiento de los comechingones y el caserío de colonos y criollos de crecimiento espontáneo. 
El asentamiento con carácter de aldea no fue trazado previamente como otras ciudades. Por la proximidad a Córdoba y su paisaje serrano, a partir de las primeras décadas del siglo XX se transforma en una de las Villas serranas más elegida como centro turístico, siendo uno de los primeros centros turísticos de la provincia. Si bien no evoluciono a la par de otras ciudades quedan en el pueblo como testimonio de aquella época algunas edificaciones enmarcadas en el “Pintoresquismo” que proponía una valorización de lo “pictórico” en relación a aquellas Arquitecturas ligadas fuertemente con lo paisajístico, retoma lenguajes arquitectónicos provenzales y medievales, de acento regionalista y folclórico que aportaron una buena cuota de descontractura compositiva a los cánones vigentes. Ejemplo de esta arquitectura es el lugar que elegimos para realizar el evento: El hotel Los Pinos, en estilo Alpino-Suizo. Este estilo de arquitectura fue uno de los lenguajes elegidos en la mayoría de los centros vacacionales o recreativos de gran parte de Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, y llegarían estos ecos posteriormente a América.
Postal de grupo frente al Hotel

El sol del mediodía nos recibió en los jardines del Hotel, y tras acomodarnos en nuestras habitaciones, nos convocamos en el Hall para ambientarnos en la época que recrearíamos , allí, Miss Megan O´Conner y yo auspiciamos de anfitriones, entregando a nuestras excelentes invitadas un programa del evento donde coordinamos las actividades que realizaríamos posteriormente y reseñamos la época. 

Hablamos de aquellos eventos significativos de la época a nivel político, artístico, científico y tecnológico, de los modales de la sociedad y de personajes singulares de la época: Miss Megan nos presentó a Annie Besant para enriquecer el panorama y la influencia que la mujer ejercía en la época.

Con las nociones de etiqueta compartidas partimos al jardín nuevamente con nuestras cestas rebosantes de alimentos para desarrollar el almuerzo al aire libre, el sol de la tarde prometía un picnic encantador.

Habíamos llevado juegos como la lotería, la perinola y naipes para amenizar el almuerzo, pero la charla y luego un recorrido por los alrededores del hotel ocuparon nuestro tiempo. 

A tal punto nos entretuvimos que para la merienda tuvimos que marcharnos a la galería del hotel pues ya había bajado el sol, y el frío invernal comenzaba a hacerse sentir.
Luego nos retiramos nuevamente a nuestras habitaciones para descanzar unos minutos y comenzar a prepararnos para la cena.
Ya por la noche nos reunimos en el comedor, junto al imponente hogar a leña, ataviados con prendas para la ocasión (debo decir que las damas estaban verdaderamente hermosas y elegantes: puras visiones descendiendo las escaleras y recorriendo los salones en sus trajes de noche).


Tras compartir unas pechugas de pollo con vegetales salteados, vino rosado y natillas de postre, realizamos un juego de adivinanzas de personajes del siglo XIX. 

El momento emotivo llegaría luego, pues coincidentemente celebramos el cumpleaños de Doña Mariana, y entre el pastel y los brindis, las palabras de alegría y agradecimiento que nos dedicó, nos conmovieron inexpresablemente. Ciertamente será un cumpleaños que todos recordaremos por siempre.



Otro entretenimiento de esta tertulia llegaría de mi mano, ya entrada la noche. Como un pequeño homenaje a Charlotte Brontë, y específicamente a su obra Jane Eyre (1847), improvisé un disfraz de gitana, y como Rochester en la novela me dispuse a adivinar la buenaventura de las damas mediante las cartas del Tarot. Doña Mariana se animó a enfrentarse a los Arcanos… y no sería de caballero decir mas, solo que le auguré mucha mejor providencia que Rochester a Blanche Ingram. Unas charlas mas y a medida que las copas se secaban la charla fue menguando por el cansancio del viaje y las actividades realizadas durante el día, asique nos retiramos a descansar hasta el día siguiente.

El domingo amaneció algo más frío y un poco más nublado que el día anterior, razón por la cual decidimos dejar el paseo y excursión fotográfica para realizar por la tarde y destinamos la mañana a realizar talleres junto a la calidez del hogar del hotel.
Tras compartir el desayuno, improvisamos un pequeño taller de pintura, y nos adentramos en la realización de lo que bien podría ser el tatarabuelo del cine: El Taumatropo.


Tras una introducción acerca de lo populares que fueron como entretenimientos durante la época victoriana los juguetes ópticos basados en el principio de la persistencia de la visión de Peter Mark Roget a cerca de que todo movimiento de podía descomponer en una serie de imágenes fijas, y recordar el Taumatropo de Jhon Ayrton París (1825), el Phenakitoscopio de Joseph Plateau(1832), el Zootropo de William Horner, el Praxinoscopio de Emile Reynaud, el Kinetoscopio de Thomas Alva Edison y por último el Cinematógrafo de Louis y August Lumiere, pusimos manos a la obra para realizar nuestros propios Taumatropos, que consiste en un disco con imágenes distintas en cada una de sus caras, el que queda suspendido entre dos cordones, que al hacerlos girar a gran velocidad crean una ilusión óptica aunando ambas imágenes. Tomando como modelos las series de The thaumatropical amusement de Paris de 1825 y Le Jeu du Thaumatrope con litografias de Mauchair Dacier de 1891, nos dispusimos a realizar nuestras propias creaciones.

Tras el almuerzo y una sobremesa encantadora, salimos de paseo por la ciudad, rumbo a un curso de agua del Río Ceballos en cercanías del hotel a realizar una excursión de fotografías y disfrutar del sol.
Surgieron historias, divertidos chismes y postales encantadoras y evocadoras, protegidas bajo las sombrillas de las damas, y en eso se fue la tarde.


Por el frío de la tarde y el hecho de que yo comencé a manifestar algunos síntomas de resfrío, decidimos posponer el taller de Aguada, que habíamos programado para realizar durante el paseo, pues uno de los géneros mas cultivados por los acuarelistas es el de la pintura al aire libre. Asi es que retornamos al hotel, y ya despojados de nuestros atuendos victorianos, merendamos y realizamos un último taller sobre Moda del Siglo XIX, donde compartimos nuestras dudas y conocimientos en estos menesteres, y ayudados por una línea de tiempo hablamos de crinolinas, faldas y uniformes militares, así como de nuestras expectativas para futuros eventos de recreación de nuestra querida Sociedad.
Tras despedirnos de los dueños del Hotel que hicieron de nuestra estradía una delicia, regresamos a Córdoba, y ya en el departamento de Miss Megan llegaron los comentarios y despedidas. Quizás sea por haber compartido dos días completos, casi todo el tiempo recreando el siglo XIX, y convivido en un mismo espacio me hizo vivir con mas intensidad el evento, y el recuerdo es mucho mas emotivo, como los sueños de otras vidas pasadas que anhelamos y se confundían con algunas cosas que nos sucedieron en estos dos días. Espero que todas las asistentes hayan disfrutado tanto como yo de cada momento, por mi parte hice lo posible por hacerlas sentir bienvenidas, cómodas y demostrarles mi afecto, respeto y alegría por su visita.
Eché de menos a los ausentes, lamentando las razones por las que no pudieron asistir, pero más aun disfruté cada momento con quienes me acompañaron en esta oportunidad a visitar un nuevo período de esta vieja época que amamos.

Podrán ver mas crónicas de este evento en:
http://www.sociedadaugusta.com/AUGUSTA/viewtopic.php?f=16&t=5652