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jueves, 6 de febrero de 2014

Quinta Reunión SVA Argentina - Recreación Tertulia Regencia

Sirva el posteo anterior de Preámbulo para presentar un breve relato y algunas fotografías de la recreación realizada en Julio de 2011.

Fué mi primera reunión en la Sociedad, y mi presentación a los amigos”porteños”, mis nervios se fueron disipando al ingresar al salón de la residencia de Lady Victoria (nos llamaré por nuestros avatares victorianos), y descubrir sonrisas con promesas de amabilidad y gestos de camaradería. 
La decoración del salón y el vestuario de los contertulios brindaban a la escena una atmósfera de ensueño, evocando a la perfección épocas pasadas.



Inmediatamente los caballeros presentes me invitaron a unirme a su ingeniosa conversación que alternaba entre el arte y Casanova.


En ese momento se dio la oportunidad de expresar a Lord Byron mi admiración por su talento y confesarme un seguidor de su obra escrita, no sé si en muestra de agradecimiento por mis palabras o porque la noche prometía vino y tabaco, se ofreció a enseñarnos a fumar en pipa. Divina decadencia la suya a la que nos sedujo.

Luego nos convocamos en torno a la mesa para disponernos a cenar, alternando sitios entre damas y caballeros como indica la etiqueta. La conversación fluía entre los platos y copas centellantes gracias a la encantadora compañía: toda una alegría al descubrirlos tan fascinantes y talentosos.




La cordialidad y el humor en torno a la mesa, el brillo del talento de los artistas y el disipado ambiente que se vivió en la terraza de fumadores hicieron de la casa de Lady Victoria,dieron paso al inicio de las actividades culturales como la entonación de melodías a cargo de la anfitriona-soprano- que nos deleitó con arias, y duetos con el Duque Frederick-tenor. 


Recordemos que durante esta época, la capacidad de cantar y tocar el piano o el violín se convirtió en un atractivo social muy solicitado, particularmente en una mujer. El piano y las clases de este instrumento tuvieron un auge importante. De acuerdo a Amado Nervo “tener maestro de piano en México es algo indispensable, algo que entra entre lo imprescindible en la vida”. Las señoritas burguesas eran los personajes principales dentro del proceso de aprendizaje de la música en el siglo XIX. 

Hubo también lecturas de poemas de Byron a la luz de las velas, debates de ideas mientras disfrutábamos del chocolate y hasta una creación literaria colectiva.





A continuación comparto  el “experimento literario” que desarrollamos en la sobremesa de la cena inspirado en una escultura que se encontraba en la estancia, del que participaron gran parte de los comensales, y al que luego me dedicaría a ilustrar.

El Dionisos de piedra observa…
“El Dionisos de piedra observa, solapado, la larga mesa. Criatura impía, refugia su mirada en los candelabros encendidos. Recuerda, con perversidad de tiempos antiguos, esas arcanas orgías en los helados y ventosos montes y bosques oscuros. Ahora, prisionero en el frío mármol, ya no es capaz de bailar esas danzas macabras, impías, ancestrales. Mira, observa malicioso, con desdén, a esos distinguidos comensales. Maldice cada bocado, descubre cada secreto; adivina, en el brillo de sus ojos, el inefable destino: “¡eterno girar de condenados!”
Las mortecinas llamas de las velas se reflejan en los cubiertos de plata, al golpear, tintinear en la vajilla. Y ahora llega el plato principal. Uno a uno, los comensales callan. En sus ojos opacos nace un mismo fulgor, a medida que sus cabezas giran hacia la puerta principal de la sala.
Rauda, la moza deposita los platos en la mesa: tiene cada uno su respectiva tapa, para proteger la comida del frío. Los comensales, unidos por una extraña complicidad, parecen no querer descubrir la fina plata que cubre sus alimentos. Se respira en el aire una cierta tensión cuya procedencia se desconoce. En un especie de ritual, en un estado de trance absoluto, levantan al unísono las tapas y, sorprendidos, al borde del horror, observan su cena: sus propias cabezas cortadas y sangrantes, que se yerguen sobre la porcelana, cual gárgolas ancestrales recubiertas de la sal de sus lágrimas dormidas. Mientras, su espíritu agoniza; mientras, sus entrañas se retuercen presas, cautiva.
Baco sonríe, y se mecen las viñas. Termina la historia, la oda y la poesía: los comensales muertos, la cena servida. “




Evocando relatos sobre lo que fueron las tertulias, y haciéndome una imagen para ilustrarlas, no me queda mas que felicitar a todos los que participamos de aquella reunión por la recreación que realizamos. Salvo algunas licencias y transgresiones, cumplimos con los aspectos culturales de la misma sobresalientemente. Y si bien la red está en continua construcción, como es el caso de este servidor que fue el primer evento de SVA en el que participó, formamos un circulo social al que todos pertenecemos por rango y condición (de elite suena petulante) todos fuimos “tan adecuados” y seguimos de maravillas el protocolo (Un guiño para miss Geogianna que nos alecciono sobre el protocolo en la mesa).

Podrán ver mas crónicas de este evento en:
http://www.sociedadaugusta.com/AUGUSTA/viewtopic.php?f=16&t=3473


¿Que es una Tertulia?

Como ya he comentado, la primera reunión como miembro de SVA a la que asistí fue a una recreación de una Tertulia ambientada en la época Regencia, lo que quizás pueda resultar una idea algo ecléctica al combinar una tradición tan hispana como el de estas reuniones, con el gusto por la vestimenta y la adopción de los avatares de la mayoría de los contertulios con una inspiración británica. Lo cierto es que llámese Tertulias, Salons Franceses, Literary circles ingleses, o las posteriores Schubertiades, las características principales de estas reuniones fueron similares y brindaron el ámbito propicio para la divulgación de las nuevas ideas y gustos artísticos de la nueva Sociedad burguesa.

Schubertiade (1868 ) , dibujo de Moritz von Schwind 

Dos espacios de vida social se hallaban consolidados en el siglo XIX: el espacio privado de los salones y el espacio público de los teatros.
El ambiente de los salones era un espacio donde familias de abolengo hacían reuniones, tertulias literarias, conciertos pequeños y noches de baile en las que todo debía ser “gracioso, elegante y esplendido”. García Cubas en sus memorias describe el ambiente de los salones diciendo: “...a la casa que voy a conducirte es de las principales de la ciudad y se halla situada en una calle céntrica. La familia que habita se distingue por su trato fino y esmerada educación, de abolengo transmitida”. Las mejores familias de la sociedad burguesa hacían este tipo de reuniones en las que la música era imprescindible; no podía estar ausente en las fiestas y conmemoraciones.
El Himno Nacional en la sala de Mariquita Sánchez de Thompson, óleo sobre tela de Pedro Subercaseaux (1880-1956) 

Una tertulia era una reunión informal y periódica de gente interesada en un tema o en una rama concreta del arte, la ciencia o la filosofía, para debatir e informarse o compartir y contrastar ideas y opiniones.
Era una costumbre de origen español y se mantuvo arraigada hasta mediados del siglo XX en sus colonias independizadas. A los asistentes se los llamaba «contertulios» o «tertulianos», y solían incluir a personas del ámbito intelectual.
Tertulia en Santiago (1840)

En la columna “La Historia en Foco” de Felipe Pigna, publicada en la Revista Viva de Diario Clarín de Argentina, en el artículo “Censura en Carnaval”, si bien retoma principalmente los bailes de los negros y los festejos de esa fiesta pagana que escandalizaban a la sociedad Porteña del último cuarto del siglo XVIII, trata también el tema de las tertulias, y cito:
…”la imitación de hábitos de una ciudad cortesana hizo que se adoptara la costumbre de organizar reuniones periódicas en las casas de las familias más ricas, como forma de sociabilidad de elite y de ostentación de prestigio ante sus pares. Aunque es habitual que hoy se las recuerde como “tertulias”, en realidad este nombre se aplicaba a un tipo en particular.
Las tertulias eran reuniones, generalmente semanales, en principio convocadas con una función cultural como la lectura o declamación de textos, interpretación de piezas musicales, las conversaciones sobre temas artísticos, científicos o de un interés especial para sus participantes, Pero también se realizaban saraos, reuniones en casas de vecinos, que no tenían otra finalidad que la diversión, el baile, música y conversación.
Las tertulias servían de medida del prestigio de cada familia. Las más encumbradas recibían a las máximas autoridades- el virrey en Buenos Aires, los gobernadores en las capitales correspondientes, los obispos o principales miembros del clero de cada ciudad, los miembros del cabildo- y a ellas aspiraban a integrarse los que deseaban “pertenecer” al círculo de la elite local.
Para hacerlo era necesario ser ya contertulio habitual-es decir, pertenecer a la red de vinculaciones familiares y sociales de ese círculo- o concurrir con quien ya lo era. Por supuesto que ningún contertulio se atrevía a llevar consigo a personas que no se considerasen “adecuadas” por su rango o condición, en un protocolo o escrito pero puntillosamente respetado.”
Tertulia Porteña (1830) Carlos Pellegrini

Fuentes:
http://culturacolectiva.com/el-baile-el-salon-y-las-partituras
http://es.wikipedia.org/wiki/Tertulia