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viernes, 3 de agosto de 2018

12ª Reunión SVA Argentina - Recreación Período Romántico 1830 a 1840

Con motivo de la décimo segunda reunión anual de la Sociedad Victoriana Augusta Argentina, recreamos el período Rómantico, alrededor de 1830 a  1840, período en el cual  nuestro país transitaba los años de la “Confederación Argentina”.
Para la ocasión optamos por elegir dos escenarios de la sociedad de entonces: las pulperías y las quintas.
Nos reunimos en el Barrio de San Telmo de la ciudad de Buenos Aires, por entonces sitio de las residencias señoriales que databan desde la época de la colonia.
Tuvimos la suerte de ser recibidos en la "Antigua Tasca de Cuchilleros",situada en una de las pocas viviendas coloniales que siguen en pie en Buenos Aires. La construcción data de alrededor de 1730. 
Esta casa construída antes del Virreinato del Río de la Plata fue testigo de las fiestas de proclamación de los Reyes Fernando VI (1747) y Carlos III (1760), las Invasiones Inglesas (1806/1807-TUNEL), la Revolución de Mayo (1810), la Jura de la Independencia (1816), la anarquía de los años 20, el período rosista y la mazorca (1830-1853), la organización de la Nación (desde 1853) entre muchísimos otros sucesos.


Vista de la construcción hacia 1930 y vista actual de la construcción recuperada 
Restaurante- Parrilla "Antigua Tasca de Cuchilleros"

Vistas del ingreso y patio

Una Tasca, denominación de origen español, es un establecimiento similar a una taberna: un local modesto en el que se sirven bebidas alcohólicas, y a menudo comidas y tapas. 
En honor a ello recreamos un almuerzo informal, como aquellos que tendrían los viajeros de paso en un establecimiento de este tipo.



El día nos recibió con lluvia,y aunque hubiese sido encantador almorzar en el patio bajo las enredaderas, nos reunimos en el salón  que antiguamente albergaba una Pulpería.

El grupo se componía por Lady Evangeline (quien una vez mas se encargó de la organización del evento), Mme. Skoczynska, Mmlle. Tatiana, las Señoritas Pilar y Liliana, la Señora Crespo, Don Sebastián y su servidor, Mr. Grantham.


 Mr. Grantham y Mme. Skoczynska

Haciendo honor a la Confederación, algunos llevamos nuestras Divisas Punzó, por lo que se podría decir que se trató de un almuerzo de Federales, en el cual el menú-aprovechando que se trata de una de las especialidades de la Tasca- fue una Parrillada.


Como en cada reunión compartimos conversaciones sobre hechos históricos y curiosidades de la época, promovido por una gacetilla como edición especial de “La Columna Augusta”, edición periódica de la Sociedad Victoriana Augusta para proveer una contextualización del período recreado fechados el 7 de Julio de 1840, en el que se presentaba a la Argentina durante la Confederación y el Romanticismo, sumado a una reseña del sitio que nos convocaba, la extravagante moda de los Peinetones Rioplatenses, y las trágicas historias de algunas damas que desafiaron lo establecido por la sociedad de entonces como Camila O'Gorman o Margarita Oliden, quien vivió en el edificio donde nos reunimos durante el período recreado.

Tapa y contratapa de "La Columna Augusta", 1840

La sala aún conserva las cabriadas restauradas del techo original, y la chimenea de la pulpería, sin embargo para huir del frío invernal nos reunimos en torno a una salamandra.

Lady Evangeline al calor de la salamandra

Luego de la sobremesa, y ya que la lluvia persistía impidiéndonos salir a pasear por las calles de San Telmo, aprovechamos para realizar una visita guiada por la antigua casona, que nos resultó agradable y sorprendente, pues lo que habíamos visto hasta entonces ocultaba debajo un complejo arqueológico compuesto por túneles subterráneos y un pozo de excavación en el que se han recuperado mas de 5000 piezas como porcelana, botellas, botones, cascos de balas entre otros objetos que datan desde 1670 hasta mediados del siglo XX, las que se hallan expuestas en nichos del túnel abovedado restaurado.
El grupo junto a Ana María, quien guiaba la visita por la casa-museo y el túnel

Quien guiaba el recorrido, Ana María, nos relató la historia de la casa y de los túneles que recorrían gran parte de la zona, construídos desde la colonia como lugares para resguardar los valores, como medio de escape y también de contrabando. 
La historia de esta casa cuenta que en los tempos de la Confederación vivió allí Margarita Oliden, hija de un sargento de la Mazorca del gobernador Juan Manuel de Rosas. El padre comprometió a Margarita con Ciriaco Cuitiño, jefe de la Mazorca, pero ella estaba enamorada de un payador llamado Juan de la Cruz Cuello. La joven se habría fugado de su casa mediante un pasadizo subterráneo que la conectaba con la Iglesia de Nuestra Señora de Belén. Escapó con su amante, pero fueron perseguidos por las fuerzas de Cuitiño, que los encontraron en la localidad de Luján. Allí Margarita fue herida de muerte por un balazo, y fue llevada de nuevo a su hogar, donde finalmente murió.


Recorriendo las salas de la casa aprovechamos para evocar momentos de tertulias sociales en torno a la mesa o el piano.







Al concluir la visita, y felicitar a los propietarios del establecimiento por la maravillosa tarea que llevan adelante -no solo como Restaurante, sino también como sitio de interés cultural y testimonio de la historia viva de la ciudad- , nos despedimos por la tarde para reunirnos al día siguiente, esperando que el clima nos acompañara en nuestra excursión a una quinta.

La Señora Crespo despidiéndose bajo la lluvia

Por la tarde nos esperaba otra cita a la que me referiré en otro posteo: el Winter Ball del Club del libro de Jane Austen Argentina, así es que de descanso poco.
Temprano el domingo emprendimos viaje a San Isidro, para visitar la Quinta Los Ombues. 
El casco histórico de San Isidro conserva numerosos inmuebles de gran valor patrimonial, entre los que se destaca particularmente la quinta "Los Ombúes" por su antigüedad, por la sucesión de las personas relevantes que la habitaron y por su privilegiado enclave sobre las barrancas junto al Río de la Plata.



En sus puertas nos recibía un día frío pero soleado, ideal para realizar el paseo.


Lamentablemente no pudo asistir Mmlle. Tatiana en esta ocasión, pero se nos unieron la Señorita Sol y Don Rodrigo Martín Gutierrez, representante de la milicia del bando Unitario.


El propietario más antiguo de la chacra donde se emplaza la Quinta Los Ombúes fue Pedro de la Torre, quien recibiera la parcela en 1580 con el reparto de tierras de Juan de Garay.
En 1784 Cecilio Sánchez de Velazco, Alcalde de primer voto del Cabildo de Buenos Aires, compró la propiedad y, en 1812, la heredó su hija, la célebre Mariquita Sánchez de Thompson quien la vendió en 1829 a Rosa Azcuénaga de Santa Coloma, cuya familia tuvo destacada actuación durante el virreinato.

La casona original del período virreinal -con aportes en su arquitectura realizados entre los siglos XVIII y XX- fue testigo, según la tradición, del paso de figuras de trascendencia como José de San Martín, Juan Martín de Pueyrredon y Manuel Belgrano, en la época en la que Mariquita Sánchez de Thompson fue su propietaria.
Con los años llegaría a manos de la familia Beccar Varela, que vivió allí hasta el año 2005 conservando en sus espacios la memoria de los acontecimientos familiares. Cumpliendo el deseo del Dr. Horacio Beccar Varela, se dona la Quinta "Los Ombúes" a la Municipalidad de San Isidro, haciendo posible que esta propiedad albergue al Museo, Biblioteca y Archivo Histórico de San Isidro.


El paseo comenzó por el patio, con vistas a las barrancas y al Río de la Plata. Allí nos reunimos para disfrutar del sol y la conversación.



Las vistas panorámicas tanto de la casona, rodeada de galerías que albergan antiguos armamentos y carros, como de los jardines hacia las barrancas, propiciaron un momento contemplativo.



Luego recorrimos la casa y aprovechamos el espectacular patio central, tipo andaluz, para reunirnos en torno al aljibe para conversar e intentar recrear un baile.




Y aunque quizás faltó la lectura de alguna obra del romanticismo para completar el cuadro, evocar a Echeverría o a Elizabeth Barrett Browning, o quizas entonar alguna pieza de Schubert, o dar unas pinceladas como Delacroix, una vez mas quedamos satisfechos por la experiencia de haber visitado otros lugares en otro tiempo.

viernes, 4 de agosto de 2017

La Divisa Punzó

De acuerdo a lo programado por los miembros de la Sociedad Victoriana Augusta este año recrearemos el romanticismo y su moda. Una de las opciones es reunirnos con grupos de recreación militar y participar de la recreación de una batalla, para luego dar paso a las actividades sociales que siempre nos reúnen. 


Estos grupos de recreacionistas militares representan periódicamente las batallas entre federales y unitarios, bandos que representaban las ideologías que se disputaban el poder en nuestra nación por esos años. 

Museo Beccar Varela Quinta Los Ombúes 29 de Julio 2017: 
Recreación Histórica Unitarios y Federales evocando el Combate de Sauce Grande. 
Tercio de Cantabros Montañeses de Buenos Ayres (ACICURHA), 
junto a miembros de las agrupaciones "Húsares de Quilmes", 
"Corsarios del Plata" y "Escuadrón de Caballería Histórica".

La Argentina surgió como estado independiente de hecho el 25 de mayo de 1810 con el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata.



A partir de principios de 1814 se formó un inorgánico Partido Federal, que —al año siguiente— intentó organizarse con el nombre de Unión de los Pueblos Libres a través del Congreso de Oriente: una parte de las Provincias Unidas adoptó la forma federal de gobierno, enfrentado al unitarismo del gobierno central, iniciándose las guerras civiles argentinas.



En 1816, el gobierno central y las provincias declararon oficialmente la independencia en el Congreso de Tucumán.

En 1820, tras la disolución del Congreso Nacional y del gobierno central, cada provincia pasó a gobernarse por sí misma, hasta 1824, con la reunión de un nuevo Congreso Nacional. Luego se iniciaría el proceso de formación de un nuevo gobierno central, dirigido por el presidente Bernardino Rivadavia, pero las negociaciones de éste con el Imperio de Brasil y su apoyo al unitarismo en la renacida guerra civil causó un descontento generalizado tanto en la capital como en las provincias interiores, que resultó en una nueva disolución del gobierno central y el Congreso. Durante varios años tuvo lugar una nueva guerra civil, tras la cual el Partido Federal logró controlar todos los gobiernos provinciales.

Bandera de la Confederación Argentina (1831-1861)
De la bandera de la Independencia se reemplazaron las dos franjas celestes 
-color usado por los unitarios- por azul pizarra, 
el sol dorado por uno rojo, y se agrega en cada ángulo un gorro federal.


Entre 1835 y 1852 el conjunto de catorce provincias argentinas utilizaron la denominación Confederación Argentina para sus relaciones internacionales, reconociéndose como parte de un estado, pero sin instituciones políticas ni legales en común. El uso de este nombre se generalizó a partir del inicio del segundo mandato de Juan Manuel de Rosas como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, reuniendo por voluntad de las demás provincias el cargo de encargado de las relaciones exteriores y la guerra de la Confederación.


Mapa de la Confederación y algunos países limítrofes hacia el año 1846.


Durante todo el período se vivió de hecho una guerra civil dentro de las fronteras de la actual Argentina, generada por los exiliados políticos del Partido Unitario desde el Uruguay, Chile y Bolivia, en lucha casi permanente para recobrar el poder.

Batalla de Caseros – 3 de Febrero de 1852

Como consecuencia de la derrota de Rosas en la Batalla de Caseros, ocurrida en 1852, se inició un proceso de institucionalización del país, que conservó el nombre de Confederación Argentina: se sancionó la Constitución Argentina de 1853 y se formó un gobierno y un Poder Ejecutivo, estableciéndose un régimen federal de gobierno, aunque Buenos Aires se negó a participar debido a que su élite comercial no aceptaba el gobierno nacional en manos de un líder federal del interior, ni una Constitución que obligara a repartir con las provincias los recursos aduaneros, que hasta entonces detentaba solamente la ciudad de Buenos Aires.

En 1861, tras los gobiernos federales de Urquiza, Derqui y Pedernera, Se reincorpora la provincia de Buenos Aires, y la confederación argentina se disuelve cambiando su nombre a “Nación Argentina”, marcando el fin del federalismo y dando paso a un período dominado por los líderes unitarios y porteñistas, encabezado por el presidente Mitre.

Algo extenso el resumen histórico del período, pero sirva de introducción para hablar de esta época y como se vio reflejado en la sociedad y la moda.
La confederación bajo el régimen Rosista establece un uniforme punzó para generar espíritu de cuerpo y promover un sentimiento de pertenencia entre todos los patriotas federales, tanto soldados como civiles, exaltando el poder de Rosas, relegando a los unitarios y modelando una “familia federal”.
"Tertulia Porteña" (Pellegrini-1831)
"Señoras por la Mañana" (Moulin-1833). "Señora en Traje de Invierno" (Onslow-1830)
"Payada en una pulpería" (Morel- 1840)

Al respecto, dice Regina Root, en el libro “Vestir la Nación”(Edhasa, 2014):

“Bajo el régimen de Rosas los ciudadanos respetuosos de la ley llevaban divisas y chalecos punzó. Se evitaba el azul cielo, el color de la independencia y símbolo reconocido de la adhesión al unitarismo. Las mujeres incorporaban matices rojo y rosa a su vestuario: desde cintas para el pelo hasta rosas bordadas que adornaban los vestidos elegantes. Con la expectativa de evitar la vergüenza y el arresto, muchos unitarios dejaron de usar el celeste por completo y se volcaron aparentemente al verde, el color de la esperanza. Sin embargo, también este color se tornó peligrosamente sospechoso, y los soldados de la Confederación llegaban incluso a destruir los objetos verdes en las casas de los unitarios.”

"Soldado de Rosas" (Auguste Raymond Quinsac Monvoisin- 1842)

En la obra “El matadero” de Esteban Echeverría (escrito entre 1838-1840, y publicado en 1874) se revela el papel crítico atribuido a la moda en la construcción del consenso luego de la independencia: un grupo de federales, identifican a un joven, debido a su estilo de vestir y montar, como unitario tras haber violado todos los códigos vestimentarios a fin de expresar su disenso (la omisión del uso de la divisa punzó, la banda negra en señal de luto por doña Encarnación Ezcurra, fallecida esposa de Rosas, y el uso la barba en forma de pera o candado recordando la “U” de unitario), el joven no tarda en verse sometido a la fuerza. Por medio de descripciones contrastantes de vestimenta, Echeverría lanza la más fuerte de las acusaciones contra los métodos brutales utilizados por los simpatizantes federales para silenciar a la oposición.


Surge, por entonces, uno de los objetos más emblemáticos de la historia argentina y particularmente de la confederación: la Divisa Punzó. Se trata de un distintivo político, que consiste en una cinta de color rojo que podía contener leyendas alusivas, utilizado por los federales aproximadamente entre los años 1832 y 1850, impuesta por el Caudillo Juan Manuel de Rosas.
Tres Retratos de Juan Manuel de Rosas

El color rojo punzó es la deformación de "rouge ponceau" (es decir: rojo amapola silvestre), un matiz de rojo fuerte, intenso, vivo, utilizado en Francia en la moda de las primeras décadas del siglo XIX. Entre los partidarios del Partido Federal el color rojo punzó era un signo de lo popular ya que en las Provincias Unidas del Río de la Plata y luego en su continuidad jurídica : el Estado denominado Confederación Argentina era bastante fácil de obtener a partir de la sangre de los abundantes ganados (especialmente vacunos).
Divisas punzó


Su primer uso masivo data del año 1831, cuando fue utilizada en el desfile militar del 17 de marzo por todo el ejército federal. Entre la población civil, su uso se impuso a partir del Tedeum en la Catedral de Buenos Aires el 27 de enero de 1832. 
Retrato de Martín Iraola Esnaola y su nieto (Fernando Garcia del Molino- 1840)
Retrato de joven caballero (Fernando Garcia del Molino- c. 1840)
Juan Moreno (Fernando García del Molino-1848)

Su uso fue convertido por Rosas en obligatorio para no ser considerado traidor (unitarios). El autoritarismo de "El Restaurador de las Leyes" (Rosas) llegó hasta tal punto que la Divisa Punzó era obligatoria hasta en la vestimenta en el campo educativo y en el eclesiástico. 

Decreto sobre el uso del "cintillo federal"

Art. 1° A los 30 días de la publicación de este decreto todos los empleados civiles y militares, incluso los jefes, los oficiales de milicia, los seculares y eclesiásticos que por cualquier titulo gocen de sueldo, pensión o asignación del distintivo de color punzó, colocado visiblemente en el lado izquierdo del pecho.

Art. 2° El mismo distintivo usarán los profesores de derecho con estudio abierto, los de medicina y cirugía que estuvieren admitidos y recibidos, los practicantes y cursantes de las predichas facultades, los procuradores de números, los corredores de comercio, y en suma todos los que, aún cuando no reciban sueldo del estado se consideren como empleados públicos, bien por la naturaleza de su ejercicio o profesión, bien por haber obtenido nombramiento del gobierno.

Art. 3° Los empleados militares incluso los jefes y oficiales de milicia; las fuerzas de línea; en suma las que componen el ejército de la provincia y las de milicia en servicio, llevarán en la divisa la inscripción Federación o Muerte. Los demás comprendidos en los artículos anteriores usarán de la inscripción Federación.

Art. 4° Los que contravinieren a lo dispuesto, si fuesen empleados serán suspensos inmediatamente de sus empleos por sus respectivos jefes o magistrados de quienes dependan, que cuidarán de hacerlo indefectiblemente bajo la más estrecha responsabilidad, dando cuenta al Gobierno por el ministerio que corresponda para la resolución más conforme.

Art. 5° Con respecto a los que no fuesen empleados el jefe de policía velará sobre el cumplimiento de este decreto y dará al Gobierno los avisos necesarios.

Art. 6° Comuníquese, publíquese e insértese en el Registro Oficial".

Cualquiera que omitía el uso de la divisa punzó era visto como traidor y acosado por la Sociedad Popular Restauradora, organización política fundada por la esposa de Rosas, Encarnación Ezcurra.
"Retrato de Encarnación Ezcurra" (Fernando García del Molino y Carlos Morel- c.1835)

A la persecución y la delación llevada a cabo por los miembros de la Sociedad Restauradora que informaban a través de espías quiénes eran las personas que se negaban a usar la divisa punzó, a quienes se tildaba de salvajes unitarios, se sumó los actos de terror ejecutados por la Mazorca —organización parapolicial ligada a la sociedad rosista— que se dedicó a atacar, torturar y asesinar al acusado de ser unitario.
"Mazorquero" (Juan Manuel Blanes, 1871)-
 "La Mazorca" (Poema en verso de Eduardo Gutierrez, poeta gauchesco y costumbrista, 1886)

La importancia de la divisa punzó fue tal que dio color a una postura política. Los federales fueron a partir de entonces reconocidos por el uso del color rojo, así como los unitarios por el uso del color celeste.

Así, el rojo pasó a ser parte del color oficial y se usó en las calles, casas, en las paredes, en las cortinas, en las vestimentas de personas —los varones, además de la divisa punzó usaban el "chaleco federal"—, en los vestidos y “peinetónes” de las damas, los moños de las niñas, en los abanicos y hasta en los carros fúnebres. 
Numerosos retratos de Carlos Pellegrini también muestran a las principales damas de la ciudad luciendo sus caros peinetones.
"Señora Porteña" (César Hipólito Bacle- 1830)
Retratos del artista Carlos Pellegrini: "Doña Lucia Carranza de RodrÍguez Orey"(1831)-
"Agustina Ortiz de Rozas junto a su Lucio Victorio"-
"Micaela Camuso de Maldonado"(1828)- "Rosario Suarez de Martínez"(1831)

El “Peinetón” hace referencia al crecimiento exagerado de tamaño que tuvo la peineta española en el Río de la Plata a partir de 1830 y hasta 1838, aproximadamente. En ningún otro lugar de América o de España se evidenció este desarrollo y se puede afirmar que la moda de los peinetones fue una clara originalidad en el vestir de las rioplatenses durante el período mencionado, que usado para distanciarse visualmente de las costumbres españolas, este peine de carey calado, cincelado y pulido de hasta un metro de ancho y de alto no tardó en aparecer como un icono que afirmaba la presencia de la mujer en público y su adhesión , inicialmente al movimiento independentista y, luego, al régimen rosista, a través de consignas alegóricas a la Federación, motivos florales de rosas, e incluso la efigie del Caudillo Rosas.
La inclusión de referencias políticas en estos accesorios también constituye otro indicio importante del lugar que llegó a ocupar este accesorio de moda y testimonia la extensión de las discusiones al ámbito del cuerpo y de la construcción de la apariencia.
Peinetones

La famosa serie de litografías de César Hipólito Bacle, Extravagancias de 1834, mostraba en clave caricaturesca los inconvenientes, físicos y simbólicos, que ocasionaba el uso del peinetón y el avance de la mujer en la conquista del espacio público. 
"Extravagancias"(César Hipólito Bacle, 1834)

Así es que sin haber definido aún si usaré divisa punzó, por si acaso, me dispuse a realizar algunas. Utilicé cinta de terciopelo roja y tinta para tela para escribir las inscripciones de la Federación.
Atuendo moda Romántica (1820 a 1840) con Divisa punzó 

Por otro lado, durante mi visita al Museo Histórico Provincial de Rosario “Dr. Julio Marc” en el que se exhibe una interesante colección de objetos de la época con la iconografía rosista, pude ver un sombrero de copa en cuyo interior se incluía un retrato de Rosas, y es probable que de conseguir o confeccionar uno de color beige incluya su retrato en el interior, sumado a que aún estoy pensando en cómo realizar un peinetón para Mme. Skoczynska, pero primero debo terminar de convencerla de usarlo.