Sirva el posteo anterior de Preámbulo para presentar un
breve relato y algunas fotografías de la recreación realizada en Julio de 2011.
Fué mi primera reunión en la Sociedad, y mi
presentación a los amigos”porteños”, mis nervios se fueron disipando al
ingresar al salón de la residencia de Lady Victoria (nos llamaré por nuestros
avatares victorianos), y descubrir sonrisas con promesas de amabilidad y gestos
de camaradería.
La decoración del salón y el vestuario de los contertulios brindaban a la escena una atmósfera de ensueño, evocando a la perfección épocas pasadas.
Inmediatamente los caballeros presentes me invitaron a
unirme a su ingeniosa conversación que alternaba entre el arte y Casanova.
En ese momento se dio la oportunidad de
expresar a Lord Byron mi admiración por su talento y confesarme un seguidor de
su obra escrita, no sé si en muestra de agradecimiento por mis palabras o
porque la noche prometía vino y tabaco, se ofreció a enseñarnos a fumar en pipa.
Divina decadencia la suya a la que nos sedujo.
Luego
nos convocamos en torno a la mesa para disponernos a cenar, alternando sitios
entre damas y caballeros como indica la etiqueta. La conversación fluía entre
los platos y copas centellantes gracias a la encantadora compañía: toda una
alegría al descubrirlos tan fascinantes y talentosos.
La cordialidad y el humor en torno a la mesa,
el brillo del talento de los artistas y el disipado ambiente que se vivió en la terraza de fumadores hicieron de la casa de Lady Victoria,dieron paso al inicio de las actividades culturales como la entonación de melodías a
cargo de la anfitriona-soprano- que nos deleitó con arias, y duetos con el
Duque Frederick-tenor.
Recordemos
que durante esta época, la capacidad de cantar y tocar el piano o el violín
se convirtió en un atractivo social muy solicitado, particularmente en una
mujer. El piano y las clases de este instrumento tuvieron un auge importante.
De acuerdo a Amado Nervo “tener maestro de piano en México es algo
indispensable, algo que entra entre lo imprescindible en la vida”. Las
señoritas burguesas eran los personajes principales dentro del proceso de
aprendizaje de la música en el siglo XIX.
Hubo también lecturas
de poemas de Byron a la luz de las velas, debates de ideas mientras disfrutábamos
del chocolate y hasta una creación literaria colectiva.
A continuación comparto el “experimento literario” que desarrollamos en la sobremesa de la cena inspirado en una escultura que se encontraba en la estancia, del que participaron gran parte de los comensales, y al que luego me dedicaría a ilustrar.
El Dionisos de piedra observa…
“El Dionisos de piedra observa, solapado, la larga mesa. Criatura impía, refugia su mirada en los candelabros encendidos. Recuerda, con perversidad de tiempos antiguos, esas arcanas orgías en los helados y ventosos montes y bosques oscuros. Ahora, prisionero en el frío mármol, ya no es capaz de bailar esas danzas macabras, impías, ancestrales. Mira, observa malicioso, con desdén, a esos distinguidos comensales. Maldice cada bocado, descubre cada secreto; adivina, en el brillo de sus ojos, el inefable destino: “¡eterno girar de condenados!”
Las mortecinas llamas de las velas se reflejan en los cubiertos de plata, al golpear, tintinear en la vajilla. Y ahora llega el plato principal. Uno a uno, los comensales callan. En sus ojos opacos nace un mismo fulgor, a medida que sus cabezas giran hacia la puerta principal de la sala.
Rauda, la moza deposita los platos en la mesa: tiene cada uno su respectiva tapa, para proteger la comida del frío. Los comensales, unidos por una extraña complicidad, parecen no querer descubrir la fina plata que cubre sus alimentos. Se respira en el aire una cierta tensión cuya procedencia se desconoce. En un especie de ritual, en un estado de trance absoluto, levantan al unísono las tapas y, sorprendidos, al borde del horror, observan su cena: sus propias cabezas cortadas y sangrantes, que se yerguen sobre la porcelana, cual gárgolas ancestrales recubiertas de la sal de sus lágrimas dormidas. Mientras, su espíritu agoniza; mientras, sus entrañas se retuercen presas, cautiva.
Baco sonríe, y se mecen las viñas. Termina la historia, la oda y la poesía: los comensales muertos, la cena servida. “
Evocando relatos sobre lo que fueron las tertulias, y haciéndome una imagen para ilustrarlas, no me queda mas que felicitar a todos los que participamos de aquella reunión por la recreación que realizamos. Salvo algunas licencias y transgresiones, cumplimos con los aspectos culturales de la misma sobresalientemente. Y si bien la red está en continua construcción, como es el caso de este servidor que fue el primer evento de SVA en el que participó, formamos un circulo social al que todos pertenecemos por rango y condición (de elite suena petulante) todos fuimos “tan adecuados” y seguimos de maravillas el protocolo (Un guiño para miss Geogianna que nos alecciono sobre el protocolo en la mesa).
Podrán ver mas crónicas de este evento en:
http://www.sociedadaugusta.com/AUGUSTA/viewtopic.php?f=16&t=3473
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